Una vez… él escribió un poema. Y lo llamó “Chops”. Porque así se llamaba su perro, y porque de eso se trataba. Y el maestro le dio un sobresaliente. Y una estrella de oro. Y su madre lo colgó en la puerta de la cocina y se lo leyó a todas las tías.
Una vez… él escribió otro poema. Y lo llamó “Inocencia con signo de interrogación”. Porque así se llamaba su pena, y porque de eso se trataba. Y el profesor le dio un sobresaliente. Y una mirada extraña y fija. Y su madre jamás lo colgó en la puerta de la cocina. Porque él jamás se lo enseñó…
Bueno, ese poema no será enseñado por la madre, eso te lo aseguro yo...
ResponderEliminarBesicos
me gusta, si
ResponderEliminarqué bestia, coño! tú qué desayunas niña¿??
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